lunes, 23 de septiembre de 2019

¿QUÉ NOS PASA? que teniendo herramientas, no vemos lo que pasa

Compartimos una nota de Adriel Magnetti (ver nota original)


¿Qué está pasando en Argentina? que se cumplen 25 años de la Reforma Constitucional donde supimos dar un paso de avanzada a nivel regional-latinoamericano incorporando dentro de los nuevos derechos y garantías el derecho a un ambiente sano en el artículo 41 de la Constitución Nacional; que el año 2002 sancionamos la Ley General del Ambiente, una norma general importantísima que estructura la protección del ambiente y sus componentes, para garantizar el desarrollo sostenible, donde las políticas públicas se ajusten a la defensa de la Tierra...

¿Qué está pasado que actualmente nos quedamos en discusiones sobre jurisdicción y dominio de la tierra cuando se están prendiendo fuego los últimos relictos de ambientes naturales que tenemos en Buenos Aires?

Los pastizales que componen la Isla Verde en El Palomar son una pieza única que no hace otra cosa que demostrar que aún quedan sitios de valor para la conservación de la biodiversidad en el ámbito urbano. Y en ese marco no podemos permitir ni dejar pasar que el Estado no actúe en defensa de estos lugares, todo lo contrario se manifieste pasivo y hasta cómplice de aquellas actividades que dañan los recursos naturales, el bien común, el patrimonio cultural de las personas que habitamos esta tierra. Y en ese sentido me parece importante, que aquellas personas que estamos encabezando las luchas y poniéndonos al frente de los reclamos, llevando adelante instancias de diálogo con las autoridades del gobierno, tengamos muy presente que estos antecedentes son muy graves; que no podemos dejarlos pasar como si nada pasara.
Los incendios intencionales ocurridos en las últimas horas, sobre parte del área que compone la Base del Palomar denominada "Isla Verde" son una alarma, una alerta, una voz que la ciudadanía debería escuchar, y no enclave partidaria relacionada a los intereses económicos del funcionamiento del aeropuerto comercial de Palomar, sino que todo lo contrario, en relación al daño a nuestra salud. Al atentado contra nuestro bienestar y a todas esas cuestiones invisibles que ocurre mientras nosotros seguimos con nuestras vidas: vamos a trabajar, volvemos, estamos cómodos en son nuestros hogares, y mientras tanto, la naturaleza nos provee sin que nadie le pida nada, de un filtrado del aire, una purificación del agua, un ciclado de los nutrientes que permite el equilibrio de la vida en la Tierra (incluida la nuestra).

Qué, por sobre todas las cosas, es parte de lo que somos: es parte de aquello que entendemos como la vida en nuestro planeta y que no podemos hacer otra cosa sino preservarlo.

Sin ninguna duda el daño causado con este 'incidente' -que con seguridad se debe a incendios intencionales- por supuesto es de magnitudes importantes. Pero no caben dudas que el proceso de recuperación de ese pastizal pampeano único en la región, va a seguir demostrando y confirmando que su valor es incalculable. Y que, a esa misma tasa resiliente a la que todo volverá a brotar y volveremos a ver nidos conformados entre las cortaderas,

también es necesario que el Estado esté a la altura de las circunstancias, y arbitre los medios para darle un marco de protección a este increíble sitio representativo de lo que significan las áreas naturales protegidas en el ámbito urbano: salud

Es posible encontrarnos con comunidades vegetales casi desaparecidas del imaginario cultural en la región. Pasto colorado por ejemplo, se expresa en buena parte de la superficie de la Isla Verde.






















En la Cuenca del Río Reconquista, casi no quedan cursos de agua limpios. El Arroyo Corvalán es uno de ellos y recorre la Isla Verde.
























Ejemplares de especies de árboles nativos, componen un bosque nativo mixto, que debería ser incluido en los Inventarios de Bosque Nativo que realizan las autoridades ambientales.

La comunidad de vecinas y vecinos han trabajado por más de 7 años en la visibilización y cuidado de este pulmón en el oeste de Buenos Aires, incluyendo tareas de restauración ambiental e instalación de herramientas para la educación ambiental dentro de la Isla Verde.

La Constitución Nacional contiene dos artículos centrales para la defensa del territorio y de su biodiversidad, que configuran los bienes comunes.
Por un lado, el Art. 41 que consagra como Derecho a vivir en un ambiente sano. Y menciona que el desarrollo tiene que ser sostenible. La Nación dicta las protecciones normativas (presupuestos) mínimos y las provincias que integran el sistema federal, complementan esas pautas, incrementando el nivel de conservación.
Otro artículo muy importante, es que aquél que deja en claro como será el régimen de tutela de los recursos en el territorio nacional; e introduce un concepto estructural:
Artículo 124.- Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico - social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno Federal o el crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional. La ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen que se establezca a tal efecto. Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio.

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